sábado, 21 de junio de 2014

“No he visto estrella en la NBA con menos ego que Tim Duncan”

Una docena de expertos, entre otros, Peter Cos, Jordi Robirosa, Xavi Martínez, Mariano Galindo, Isabel Jiménez, Mar Rovira y Marta Fernández, reflexionan para Cronómetro de Récords sobre el líder de los Spurs

Tim Duncan celebra su quinto anillo de la NBA - Foto: AP. 

Cuesta imaginarse a Timothy Theodore ‘Tim’ Duncan (Christiansted, Saint Croix, Islas Vírgenes, EE UU, 1976) delante del espejo abriendo la palma de la mano y repartiendo sus cinco anillos de la NBA. Sería excesivo para alguien tan discreto como el líder de los San Antonio Spurs. “Los periodistas americanos consideran que es muy complejo hacerle una buena entrevista. Difícilmente irá más allá de las típicas respuestas post partido”, cuenta el periodista de TV3 Jordi Robirosa: “Le he hecho alguna pregunta, sobre todo
en All Stars, que es cuando son más accesibles. Es una persona correcta, pero muy soso”. 

“No es un jugador de palabras altisonantes ni de grandes gestos. Sin embargo, es muy respetado por su trabajo, su humildad y sacrificio”, interviene Peter Cos (Peter Mihm), blogger de SiempreBasket.es y Marca.com. “No he visto estrella en la NBA con menos ego que Duncan y me encanta”, añade Mariano Galindo, redactor de deportes de ZoomNews.

Generoso

El ala-pívot de los Spurs es un jugador altruista que juega por y para el equipo, sabe hacer piña e “involucrar a los compañeros hasta el punto de convertir elecciones bajas del draft (Parker y Ginobili) en futuros miembros del Hall of Fame”. Lo dice Renzo Rey, experto en la NBA, que está convencido de que también lo conseguirá con Kawhi Leonard, recién nombrado MVP de las finales ante Miami Heat. Duncan reparte confianza y responsabilidades y, sin dejar de ser generoso, sabe cuándo jugársela él, “como aquel triple para forzar la prórroga contra los Mavs en las series de 2007, si no recuerdo mal”.

Es un líder con mayúsculas. Mar Rovira, psicóloga, ex jugadora de baloncesto y autora del blog Estar preparado ya es media victoria, nos describe cuáles son los principales aspectos que le hacen serlo: “es un jugador creíble, una reputación que le permite influir positivamente en sus compañeros y en el cuerpo técnico; es un modelo dentro y fuera de la pista; trata a los demás como a sí mismo, exige y empuja cuando debe, sin favoritismos o caprichos; Duncan es fiable, aporta tranquilidad y seguridad en la pista; en una Liga donde hay tanto ego, el respeto es la solución al difícil equilibrio dentro de los equipos. Todo el mundo sabe quién es el guía, el mentor. Tim Duncan”.


Robinson y Duncan. 

Robinson, su mentor en San Antonio

Tim acoge a los nuevos como hizo con él David Robinson, con quien formó una dupla eterna, Las Torres Gemelas. Pero… ¿Qué le enseñó El Almirante a Duncan? “Por encima de detalles técnicos”, razona Xavi Martínez, periodista del diario Sport, “su constancia y espíritu ganador”. “A generar juego desde el poste, y no sólo dando asistencias, sino poniendo bloqueos y permitiendo una circulación de balón que todavía hoy es el santo y seña de estos Spurs”, interviene Renzo Rey. “Los movimientos. Es cierto que Duncan no juega de pívot, pero a veces no es necesario meterse en la zona y pelearse con los más grandes”, expone Jordi Caro, un libro abierto sobre la NBA, “sino que puedes esperar un poco para coger un rebote. Echarte un poco atrás para un tiro”. 

Una lesión de Robinson y un balance de 20-62 hicieron que los Spurs pudiesen optar a escoger en 1997 a Duncan como el número 1 del draft. Una decisión con la que cambió el rumbo de la franquicia, entrenada ya por entonces por Gregg Popovich. Esa dupla es fundamental para entender los éxitos del grupo. “Siempre he visto entre ellos esa especie de relación paterno-filial que va más allá de las canchas y que les permite entenderse con una simple mirada”,  recalca Isabel Jiménez, responsable de Blue’s Site, un rincón para ver partidos de casi cualquier liga del mundo: “[Llevan juntos] más de lo que duran muchos matrimonios”.  

Gregg Popovich

A Mariano Galindo le cuesta hacer “historia virtual” y pensar qué hubiese sucedido si no hubieran estado siempre juntos en el mismo equipo, pero “sí te puedo decir que tantos años juntos los dos, sin que ninguno haya partido caminos ni egos ni nada… Es algo poco usual en la NBA. Cada vez menos”. “No estoy en el día a día”, interviene Mar Rovira, “pero sí me atrevería a decir que el respeto que se profesan es mutuo. De parte de ese respeto nace la libertad con la que Popovich premia a sus jugadores para que jueguen sin corazas”. 

Popovich y Duncan, durante un partido. 

La fidelidad de Duncan a los Spurs desde que aterrizó en la NBA procedente de la Universidad de Wake Forest  es un caso “único”. Jordi Robirosa no conoce situaciones así en el baloncesto actual ni Europa ni en EE UU: “Primero por la fidelidad a un equipo, y después por la cantidad de jugadores que ha jugado a su lado y que se han hecho grandes gracias a él”. El periodista de TV3 pone como ejemplo a Gary Neal, poco más que un agitador de toallas en el Barça y que “triunfó” al lado de Duncan. Jordi Caro profundiza sobre ese aspecto: “Hay jugadores en San Antonio que cuando empiezan a brillar pretenden ser estrellitas. Popovich  los suelta, como a DeJuan Blair o Gary Neal, que después fueron a otro equipo y desaparecieron. El entrenador más la tripleta Tony Parker-Duncan-Manu Ginóbili son la  clave”. “Alguien que se entrene al lado de Duncan durante varias temporadas tiene la oportunidad de aprender sólo observando”, asegura Peter Cos.

El secreto de la longevidad de Tim

Pocos maestros como alguien que lleva 17 años en el mismo club y que con 38 es una pieza fundamental. Hay varias versiones sobre el secreto de su longevidad. Mar Rovira cita cuatro factores decisivos para explicar la longevidad de un jugador que ganó su primer anillo en 1999 y el último hace unos días y siete años después del penúltimo: la motivación, la flexibilidad al cambio (a la “evolución” del baloncesto), el dominio “excelso” de su deporte, que le permite “suplir la limitación física con otras habilidades” y el estado físico, que “le ha respetado. Ojalá que mucho tiempo más”. 

“No es que hayamos visto una enorme mejora de Duncan en estos años, sino que su gran mérito es la regularidad desde que debutó”, analiza Marta Fernández, jugadora del Perfumerías Avenida de Salamanca y periodista deportiva. También quiere intervenir Peter Cos: “Aparte de un don, hay un trabajo concienzudo. No se pueden jugar casi 1.500 partidos en la mejor liga del mundo (entre regular season y playoffs) si uno no se cuida y se comporta como un profesional de verdad”. Para Jordi Robirosa el éxito de Duncan se explica por su talento “innato” y también por ser un “profesional como la copa de un pino, además de haber sido respetado por las lesiones y tener un entrenador que le ha sabido cuidar, mimar y utilizar cómo y cuándo es necesario”.

¿El mejor ala-pívot de la historia?

¿Es Duncan el mejor ala-pívot de la historia? “Es el mejor 4 que han visto mis ojos. Su juego al poste es maravilloso. Es un excelente pasador que sabe encontrar a un compañero desmarcado cuando a él le hacen defensas de 2x1”, destaca Jordi Perramon, colaborador del blog Pívot World 9: “es de esos jugadores a los que te gusta ver tanto en un 1x1 en ataque como en defensa. Hace sencillo lo difícil”. Además, es capaz de procurarse canastas y “encontrar soluciones fáciles y rápidas a las trampas que le preparan sus rivales”, y tiene un “excepcional” tiro de media distancia y su defensa. 

“Ha sido el ala-pívot más regular de la historia moderna. Sus números siempre han sido cercanos al 20-10 y su equipo no ha faltado en playoffs desde su llegada”, advierte Renzo Rey. “Es el mejor en activo de todo el mundo, posiblemente, y sin el casi, el mejor de la historia”, interviene Mariano Galindo: “Lo que más destacaría es la fortaleza con la que ha llegado a la edad que tiene sin resentirse en su juego, muy propio del estilo de los Spurs”. 

La reconversión

Jordi Caro destaca su inteligencia: “Cualquier ala-pívot de la NBA tiene muchísimo mejor físico que él, pero es inteligente. Se ha reconvertido, tiene más visión de juego y también es cierto que lleva jugando con la misma gente”. También lo piensa Xavi Martínez: “Su lectura del juego le permite superar a jugadores más físicos”. Entre los defectos cita cierta falta de velocidad en la ejecución, que “suple con un excelso movimiento de pies”. Interviene Jordi Perramon: “Tiene muy pocos defectos. Quizás que no es un jugador extremadamente rápido y que cuando su par es terriblemente atlético sufre”. Mientras que lo que menos le gusta de Tim a Isabel Jiménez son los tiros libres.

La tripleta de lujo de los Spurs: Parker, Duncan y Ginóbili - Foto: Reuters.
Otro factor decisivo para entender su largo recorrido es su fortaleza mental, como sobreponerse a la decepción del curso pasado, cuando falló una canasta sencilla el día que se podía haber resuelto la final ante unos Miami Heat que acabaron llevándose el gato al agua. Es la única final de la NBA que ha perdido Duncan. Fue MVP de las finales de 1999 (New York Kincks), 2003 (New Jersey Nets) y 2005 (Detroit Pistons), además de ser un puntal en ésta (Miami Heat) y también en la de 2007, para desconsuelo de Jordi José Rodríguez, experto en la NBA y fan acérrimo de los Cavaliers: “El movimiento que tiene Duncan en la pintura sólo se lo he visto a un ala-pívot que puede ser muy similar, Chris Bosh. Además dispone de un lanzamiento desde 4 metros muy bueno con o sin con oposición. También es cierto que el juego de Popovich, el basket europeo llevado a la NBA, le ha favorecido”. 

Las Duncan femeninas

Inma Riba es muy de los Spurs y tiene en casa la camiseta de su preferido, Parker, aunque no duda en elogiar a Duncan: “Hace equipo del equipo. Da mucha motivación al resto. Es como el cabecilla por lo que representa. Es un equipo humilde”. Preguntada sobre la versión femenina de Tim Duncan, Marta Fernández señala a dos candidatas: Elena Delle Donne, de Chicago Sky, —“está a un grandísimo nivel. Me parece muy completa”—, y “una de mis jugadoras preferidas”, Tamika Catchings. Mientras que a Jordi Robirosa se le ocurre un apodo adecuado: “¿Que te parecería Meneghin? Claro que esto solo lo entenderemos los aficionados europeos y, además, los más veteranos”. 

Robi ha tenido la suerte de ver nadar a Duncan —“tiene un estilo maravilloso. Hubiese sido como una especie de Ian Thorpe”—, que estuvo a punto de ser olímpico en Barcelona 92. No lo consiguió, entre otras cosas, porque el Huracán Hugo se llevó por delante la única piscina olímpica en las Islas Vírgenes, y Tim tuvo que entrenarse en el mar pensando en que en cualquier momento podía toparse con su peor pesadilla, los tiburones. Se alejó del agua definitivamente con la muerte de cáncer de su madre decidió comenzar desde cero y probar otros deportes “para cambiar por completo mi vida”. Acabó haciéndolo con la suya, la de toda una franquicia y la de la NBA. Casi nada.   

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