domingo, 26 de noviembre de 2017

Mireia Vila: “El baloncesto me permite ser yo misma”

Cronómetro de Récords entrevista a la alero del Bàsquet Femení Sant Adrià

Mireia Vila, tras el partido. Foto: Toni Delgado. 

“¡Oe, oe, oe, oe, oe!”, grita el vestuario cuando Mireia Vila (Badalona, 1991) entra tras hablar con Cronómetro de Récords. Es de aquellas personas capaces de cambiar el estado de ánimo del resto. La alero del Bàsquet Femení Sant Adrià tiene una mirada limpia y soñadora. En la pista no se arruga ni en días en los que no tiene puntería, como ante un corajudo CB Bembibre (69-66).

Toni Delgado / Sant Adrià de Besòs

No te has escondido ni tras fallar tus primeros siete tiros. ¿Aprendiste a ser así desde la lesión que te tuvo años alejada de las pistas? ¿Aquel percance te enseñó a tener más paciencia? 
Fue un gran aprendizaje, como mi etapa en Estados Unidos, que no resultó fácil, porque tuve momentos de no jugar tanto. Todas las experiencias que he acumulado (La Seu, Ferrol, ésta en Sant Adrià...) han forjado un carácter que intento transmitir al equipo. Soy una de las veteranas y ésa es una de mis funciones.  

¿Se trata de relativizar las situaciones?
Es creer siempre en el equipo, intentar que el trabajo de los entrenamientos se refleje en los partidos y que, pase lo que pase, continuemos confiando en nosotras.  

Fabián Téllez os hace servir útiles a todos. Para mí un momento simbólico ha sido cuando ha salido Carla Balagué [júnior] a Dornstauder [Quinn Urbaniak]. 
Sí, hoy teníamos las bajas, muy importantes, de Cris [Hurtado], la capi, y de Julia [Reisingerova], a quien parece que hemos reservado porque está un poco tocada. Carla nos ayuda mucho en los entrenamientos, está preparada y cuando ha salido, ha estado bien. Nos ha ayudado mucho. 

Dicen de ti tus compañeras que eres muy bromista y que te gusta mucho hacer grupo. 
Eso intento. Me gusta que la gente esté a gusto y cómoda a mi alrededor. Trato de que las que vienen de fuera se integren lo máximo posible y saber inglés me ayuda.  

¿Intentas que las nuevas pierdan la vergüenza? 
La vergüenza la perderán si quieren. Simplemente quiero que estén bien en el grupo. He estado fuera jugando y siempre he tenido la suerte de tener a alguien cerca a alguien apoyándome. Ese papel es muy necesario y estoy encantada de hacerlo.  

¿En Ferrol fue Carmen Fernández?
Sí, es una muy buena amiga. Su familia es la mía y la mía, la suya.  

Entiendo que dejaste una huella muy grande en el Uni. Pregunté hace unos días en Twitter cuál era tu récord de triples en Liga Femenina y el gestor de comunidades del equipo gallego me contestó rápido: 6/8 contra el Stadium Casablanca. 
Ahora tienen cotas más altas, pero antes el objetivo era la permanencia. Nos costó, pero la conseguimos. Ese partido lo dieron por Teledeporte. Veníamos en una dinámica que necesitábamos ganar sí o sí. Ese día me entraron y fue muy positivo. La victoria nos ayudó mucho. 

¿Cómo entrenas los triples?
Hacer 50 tiros antes de irme a casa me permite coger confianza o mientras las compañeras hacen estiramientos, después del entrenamiento. Empecé la temporada con algún problema físico que no me permitía dar lo que todo se espera de mí. Tirar sola o con alguien me ayuda a estar más segura en los partidos. Después, ya se sabe, te pueden entrar o no.  

¿Tienes el pique con Llobet en los entrenamientos?
No mucho, pero sí que hacemos muchos concursos de tiros, sobre todo por equipos. Es una competición sana… ¡Y nos picamos! 

Belén Arrojo prefiere entrenarlos en los partidillos y en los partidos lanza menos que vosotras, pero mete más. 
Me alegro mucho por ella porque trabaja mucho. Belén es muy currante, muy profesional en todos los aspectos, y nos está ayudando una barbaridad.  

No necesito demasiadas cosas para ser feliz” es una de tus frases de cabecera.
En el Bàsquet Femení Sant Adrià me he sentido muy cómoda desde que vine y siempre me han tratado muy bien. Jugando al baloncesto me lo paso muy bien. A veces digo que es un poco un refugio de felicidad: vengo aquí, intento olvidarme de todo y jugar.  

Más allá de competición, ¿para ti el baloncesto es terapéutico?
No, terapéutico tampoco. [Se ríe]. 

Pero eso de “refugio de felicidad” parece una terapia...
No, no lo es y no lo pongas porque no me gusta. El baloncesto me permite ser yo misma y me hace disfrutar.  

—Regeneracomsports, tu agencia, te define como “muy inteligente, con cuerpo de alero, pero cabeza de base, buena tiradora de tres puntos, nada egoísta y con buena capacidad de pase”. ¿Te parece acertado el perfil?
[Se ríe]. Sí. El físico es el que hay: soy alta y tiradora. Me gusta mucho leer los partidos, a veces incluso un poco demasiado. Estudiar cuál es la mejor opción para cada una en todo momento.  

¿Has acabado el máster en gestión deportiva?
Sí, en Ferrol. Lo hice en línea. Todavía no le he sacado provecho, quizás en el futuro me sirva.

¿Por qué nos gusta tanto Alba Torrens?
Porque es diferente, una jugadora muy atrevida que hace cosas muchas cosas bien. Con su descaro y carácter hace ganadores a los equipos. 

—Has dicho algunas veces que te ves como olímpica en el tenis de mesa. ¿Tan bien juegas?
[Nos reímos]. Es una broma que siempre hago. De pequeña jugaba con mi hermana y me gusta mucho. Hay gente que lo dice por mis ojos, un poco orientales. Y como los asiáticos acostumbran a ser buenos en ese deporte... 

¿El campeonato mini de Blanes con la selección catalana continúa siendo tu favorito o el ascenso con el Bàsquet Femení Sant Adrià lo ha desbancado?
Aquel campeonato fue muy especial. Yo era un año más pequeña que todas y no sabía qué pasaría. Jugar en Blanes con la gente que te animaba y gritaban mi nombre… Es algo que no se vive cada día. Tengo muy buenos recuerdos del torneo y, por suerte, he vivido otras grandes experiencias que han acabado bien y otras que no tanto.  

¿Cómo describirías el Marina Besòs y el ambiente que se vive aquí a quien no haya venido nada?
Aquí se vive baloncesto. Hoy, por ejemplo, hemos acabado con una foto multitudinaria de niños y niñas. Es la filosofía del Bàsquet Femení Sant Adrià. Hasta ahora ha venido mucha gente a vernos. La verdad es que en el Marina se respira baloncesto. Es especial. 

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