martes, 17 de enero de 2017

Esther Montenegro: “Aprendí la mecánica de los tiros libres lanzando con los ojos cerrados”

Cronómetro de Récords entrevista a la capitana del CB Bembibre

Esther Montenegro, tras el partido ante el Stadium Casablanca en el Eduardo Lastrada. Foto: Toni Delgado. 

Esther Montenegro (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) habla mucho con los ojos. Más que palabras, cuando coge a Brianna Banks, deshecha porque se ha lesionado en el hombro durante el partido, le lanza una mirada de que todo va a salir bien. Monty ejerce de capitana del CB Bembibre casi sin darse cuenta. Ni ella ni sus compañeras han estado finas en el Pabellón Eduardo Lastrada, donde acaban de perder ante el Stadium Casablanca por 61-48. Antes de hablar con Cronómetro de Récords la pívot canaria lidera
la piña del grupo.  

Toni Delgado / Zaragoza 

—No te voy a llamar Rita porque me han dicho que no te gusta que te llamen así. 
Así es. Puedes llamarme Monty, Esther o como quieras. 

—Normalmente el primer nombre es el que se descarta. 
Mi padre me llamaba Rita. Falleció. Por eso no me gusta que nadie me llame así. 

—Hay quien te conoce como la canario-berciana del CB Bembibre. 
Me enamoré del pueblo desde el primer día por el cariño y la acogida de la gente. Estoy súper afincada allí. Mi primera temporada (2007-2008) Irene Salgado fue clave en mi integración: conectamos desde el principio, y siempre le estaré muy agradecida. 

—Norberto de la Mata, vuestro jefe de prensa, no se imagina un Bembibre sin ti. 
Hoy por hoy estoy muy bien en Bembibre. Quiero terminar la temporada, y luego, ya se verá. Es mi pueblo y estoy muy a gusto. La afición lo sabe.   

—Ésta es tu 10ª temporada en el club. Tu fidelidad no es nada habitual.  
He preferido quedarme en Bembibre porque he valorado otras cosas que quizás en otros sitios no te dan. Ha valido la pena y no me arrepiento.  

—Entiendo que en otros clubes te ofrecían más dinero, pero aquí tenías otras cosas. ¿Qué cosas? 
El trato, la cercanía de la gente... Además, ¿dónde voy a estar mejor que en casa? Les estoy muy agradecida de que confiasen en mí. No tengo queja y espero que ellos tampoco de mí. 

—Hace años Delisha Milton-Jones me dijo que la mecánica de tiros libres era mala en general y que cuando se retirara [lo hizo hace unos meses] quería fundar una escuela de baloncesto para enseñar este tipo de cosas. En los últimos años ha mejorado el porcentaje de acierto en Liga femenina.
En Canarias se hacía mucho hincapié el tiro libre, que es el lanzamiento más fácil. Voy tranquila a la línea de personal. Sé que puedo fallar alguno, pero tengo confianza. Aprendí la mecánica de los tiros libres lanzando con los ojos cerrados. [Se ríe]. Hay tantas maneras de aprender y de lanzar... 

—El cansancio influye mucho también.  
También te afecta en un lanzamiento normal. En el tiro libre estás sola, nadie te molesta, dispones de tu tiempo... 

—Tienes varios tatuajes. 
Son etapas de mi vida. Hay uno que me hice por mi hermana, otro por mi padre... Uno de mi familia que tengo aquí... Tengo nueve, y cada uno significa algo. 

—¿Y el de la estrella?
Me gustó y el hombro me pareció un sitio perfecto para hacérmelo. 

—Este verano has jugado por primera vez en el extranjero, en Ecuador, donde llegaste a semifinales de la Liga con el Juvenil de Vinces. ¿Valoraste alguna oferta de fuera para jugar durante el año?  
No, porque yo tenía contrato en Bembibre. No quería mirar nada porque quería cumplir el año y ya está. Si doy mi palabra... 

—Pues eso no es muy habitual... 
Bueno, cada una... [Se ríe]. Quiero acabar los contratos que firmo.  

—Desde que estás en el CB Bembibre habéis jugado los playoffs de la Liga, habéis ganado una Copa de Castilla-León, pero el paso más decisivo fue vuestro ascenso en Huelva ante el Al-Qaceres.  
Había jugado en Cáceres dos temporadas y media, y me marché porque no nos pagaban. Es un club al que tengo cariño porque fue mi primer destino después de irme de Las Palmas. La gente de entonces ya no está.  

—Se te da bien el 3x3. Con Vega Gimeno, Arantxa Novo e Inma Zanoguera fuiste plata en los Juegos Europeos de Bakú. 
Me lo paso genial. Estoy en mi salsa, pegándome con la rival...  

—Tu salsa es defender a muerte y darlo todo. 
Y pegarme debajo del aro. Si no, no podría ser pívot. 

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