martes, 16 de julio de 2013

Xavi Tondo, convencido de vencer

Rafael Vallbona dibuja en 'El triomf de l'obstinació' un perfil humano y cercano del desaparecido ciclista

Xavi Tondo.  

Una cosa es la vocación y otra el trabajo. Poca gente los puede compatibilizar.
Si no lo has conseguido todavía...
¿Por qué no lo dejas?

En general, la sociedad cuestiona a quien se arriesga, innova o se sale de la filosofía del grupo. La gente duda y reparte sus miedos, pero nadie logró sacarle de la cabeza a Xavi Tondo (Valls, 1978-Granada, 2011) que dejase de desear con todas sus fuerzas ser ciclista profesional. Ni siquiera un grave accidente en Figueres y las cuatro operaciones pertinentes cuando estaba recibiendo ofertas para llegar a la élite. Tampoco abandonó Xavi su sueño pese a la falta de confianza de algunos directores, como Jonathan Vaughters, que con el tiempo reconoció haberse equivocado por no haberle fichado.

– Yo sé que puedo llegar lejos en esto. Sé que pudo ser ciclista, he nacido para esto– le dijo un día a un buen amigo.

Muchos descubrieron a aquel chaval de generosa sonrisa y capacidad innata para unir grupos aquel sábado de marzo de 2010 cuando, enfundado en el maillot del Cervélo, levantó los brazos para festejar una etapa de la París-Niza, en Tourrettes-sur-Loup, para sorpresa de dos comentaristas de la televisión francesa, que no daban ni un duro por el desconocido que continuaba escapado a falta de 5 kilómetros. Así, con esa anécdota tan significativa, empieza Xavi Tondo. El triomf de l'obstinació [El triunfo de la obstinación; Cossetània Edicions], un buen perfil humano y cercano del desaparecido ciclista escrito por Rafael Vallbona. Un relato breve, pero profundo que llega al corazón mezclando dos géneros periodísticos, el perfil y el reportaje a través de varios testimonios.

Tondo es bici, y cuando la descubre a los quince años, ya no tiene nada más en la cabeza”, escribe Vallbona. Una frase con la que el escritor –apasionado de este deporte, se le nota y lo sabe transmitir– resume la devoción del protagonista del relato por un deporte que le hizo, por ejemplo, rechazar un contrato fijo en una fábrica de cereales. Porque Xavi entendía el ciclismo como una forma de vida y le encantaba entrenarse en grupo: “Es una forma sana de estar en armonía con el mundo. Supongo que mucha gente no lo entiende con tanto dopaje y esta necesidad de estar localizables siempre para someternos a controles (…) yo juego limpio siempre”.

Por eso no se lo pensó dos veces cuando recibió un correo en el que le ofrecían sustancias dopantes y alertó a los Mossos d'Esquadra. Destapó lo que después se conocería como la Operación Carrera, pero él no quería que le diesen las gracias ni medallas: He hecho simplemente lo que tenía que hacer, nada más. Ya espero dar ocasiones para que se hable de mí por mis glorias deportivas”.

Glorias –14 victorias, destacando la etapa de la París-Niza, la Vuelta a Portugal en 2007 y la Vuelta a Castilla y León un mes antes de su muerte– que saboreó sobre todo en equipos modestos, como Paternina-Costa de Almería, Babot-Gaia, Catalunya-Angel Mir, Relax-Gam, LA Aluminios-MSS y Andalucía Caja Sur. A finales de 2009 firmó por su primer gran equipo, un Cervélo con Carlos Sastre como jefe de filas. En la Vuelta a España Sastre solo pudo ser octavo y fue superado por Xavi, que acabó sexto –después de romperse la clavícula en Alemania tres semanas antes del inicio de la prueba– y que en esa temporada 2010 ganó el Critérium Ciutat de l'Hospitalet. Lo hizo meses después de haberse comprometido por dos años con el Movistar, el nuevo equipo que había perpetrado el histórico Eusebio Unzué. 2011 iba a ser el su estreno esperado en el Tour. Para preparar la ronda francesa y la Dauphiné Libéré estaba concentrado en Sierra Nevada, donde tuvo un desgraciado accidente que puso fin a su vida, pero no a su enseñanza, que permanece intacta.

Título: Xavi Tondo. El triomf de l'obstinació. Autor: Rafael Vallbona. Editorial: Cossetània Edicions. Páginas: 87. Valoración: 3.8 sobre 5.  
  

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